● La verguanza de los Vargas Llosa y las mentalidades compradas.

Todos tenemos derecho a cambiar, a defender lo que antes condenábamos y a condenar lo que antes defendíamos. Ese fenómeno en los hombres de a píe transciende nada, la vergüenza de la incoherencia y la consecuencia vendida pasa pronto y a nadie le importa finalmente. ¿Pero que pasa cuando esto ocurre en aquellos que los de a pié creemos grandes, aquellos que por sus obras son reconocidos, admirados y consolidados como referentes del mundo de las élites?; pues simple, la vergüenza también se hace grande, para ejemplo de moda el connotado escritor Vargas LLosa ahora amante del verde yankee y las economías liberales. Se reproduce a continuación el artículo escrito por Harim Rodríguez D´Santiago a propósito del tema.

Vargas Llosa en su abismo:

En su refinada explicación sobre el individualismo salvaje que defiende, aquel escritor nos hablaba desde muy cerca, pero lejos. Me pregunté, si es posible que la literatura llegue a ser tan prolifera en conocimientos, como para apartarnos tan drásticamente de nuestra sensibilidad y peor aún de la rigurosa realidad. El genio de múltiples nacionalidades -no le fue suficiente la peruana- se plantó ante nosotros para dejar constancia de sus diferencias con los pueblos del mundo. Toda la lectura y la escritura que hizo en su vida no sirvió de nada, ahora le cuesta ver su rostro reflejado en la tierra de las venas abiertas, lugar donde nació.

¿Será que no se siente parte de este pueblo? De esos millones de aborígenes arrasados por la insaciable avaricia europea. De nuestros humildes pobladores que desde México a la Patagonia han sobrevivido entre dictaduras, campos de concentración, persecuciones, torturas, desapariciones, asesinatos, hambre, miseria y enfermedades generadas sistemáticamente por las garras imperiales.

¿Qué más calamidad pueden soportar nuestros pueblos? Ahora también deben lidiar con “cerebros” internacionales que utilizan su verbo fácil y su prestigio de novelista afamado para agredir la nobleza de nuestros mestizos. ¿En qué página de qué obra literaria se te perdió el ejemplo de los que han regado con su sangre esta tierra? ¿En qué laberinto del cerebro se te borró el instinto natural por la defensa de lo único que tenemos para preservar; nuestra dignidad? ¿Es que acaso el paso de los años te han hecho perder la memoria y el gentilicio? Cómo puedes caminar, en esa soledad llena de lujos y elogios, ofrecidos por un suntuoso mundo que te ha convertido en sólo un ventrílocuo. ¿A cuántos como tú podrán convencer las elites?¿Cuándo fue que se te fue el amor por lo que fuiste y por lo que eres aunque quieras negarlo?

Negar su historia es la peor tragedia de un hombre, porque aunque se pretenda borrar de un plumazo la herencia ancestral, aún no ha nacido el autor con la agudeza suficiente para esfumar la desgracia y el sometimiento de su propio pueblo a causa de intereses extranjeros. Tu mirada se ha virado hacia el libre mercado, hacia la Europa complaciente y servil, hacia el sistema que vomita hombres, mientras el calentamiento global nos grita en la cara y el planeta que habitamos se retuerce ante los abusos sin freno del aprovechamiento económico.

Tampoco el planeta es un asunto a tratar por los “liberales”, con cuyo concepto te has autodefinido, en esa doctrina la banal apetencia individual es el centro del quehacer, suficiente argumento para detenerse a analizar hechos que no aparecen en el guión capitalista, como la contaminación del aire, el agua, las tierras, efectos inevitables de la desmesurada extracción de la naturaleza para satisfacer las “necesidades no sentidas”. ¿Para qué perder el tiempo hablando de la capa de ozono, verdad?, si la publicidad generadora de consumismo no nos da chance para eso, ese es tu liberalismo, eso es lo que hoy defiendes.

Ahora eres un habitual invitado de CNN, aunque dices desaprobar las estatizaciones, justificas las que se producen en los EEUU, desde alguna oficina de la tierra del tío Sam deciden tu itinerario para luchar por la “libertad”. Concretas tu valioso aporte para tratar deponer “el mundo patas arriba”, ayudando a convencer a los incautos que en Latinoamérica las víctimas de la opresión son los victimarios y señalando potenciales dictaduras en aquellas repúblicas donde los pueblos han decidido poner freno a la continuidad privatizadora y antinacional.

Es necesario recordarte, fuiste más que eso, ni “La Casa Verde”, ni tantas otras obras desaparecerán de la geografía mental de quienes valoran esas páginas llenas de gloria. Pero tu caso no deja de ser inquietante, nace la interrogante, cómo ha sido esa transición entre “La Casa Verde” y los billetes verdes. ¿Serán esos papelitos los culpables? Tu metamorfosis intelectual te llevó de ser el más ardiente amante de la revolución cubana, a convertirte en un propagandista del capitalismo. Eso sorprende, sobre todo en estos tiempos cuando el libre mercado se desmorona causando un trauma sin precedentes a las naciones del mundo, coincidiendo irremediablemente con tu “gesta libertaria”.

La realidad es elocuente, eso queda de ti, aprovecharse de la bien ganada fama para reproducir un discurso tarifado que deberás corear por todos los rincones. Claro está, la mayor reserva de petróleo en el mundo es prioridad, no es casualidad tu fijación con la República Bolivariana, así lo manda tu patrón, aunque lo niegues diez mil veces, tu rol está develado.
Ahora los billetes verdes son tu mayor obra individual, de eso podrás vanagloriarte, “La Casa Verde” pasó a ser propiedad colectiva. Que la vida nos libre de leer y escribir para aceptar la injusticia como la forma de vida más conveniente, Dios libre a los latinoamericanos que luchan todos los días de caer en ese abismo en el que te perdiste.

1 comentario:

  1. Anónimo09:13

    Vargas Llosa y García Marquez, representantes de boon latinoamericano... pero cuanta diferencia no???????

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