● 50 años de la revolución cubana – Éxitos y deudas


Fuente: BBC Mundo

Los éxitos de la Revolución

Los éxitos de la Revolución pueden encontrarse en el terreno social donde la isla supera al resto de los países del continente, incluso a los más grandes y ricos.
Muchos coinciden en que el mayor logro es haber desarrollado una poderosa red nacional de asistencia social, algo que ha servido de muro de contención para impedir que el 20% más pobre de la sociedad caiga en la miseria y la extrema pobreza.
El Estado se hace cargo de esas familias, entregándoles dinero extra, módulos de alimentos, ropa y también muebles. En los casos en que haya personas impedidas física o mentalmente se llega incluso a pagar un salario para que reciba los cuidados necesarios.
Desde el inicio mismo de la Revolución se tomaron medidas en beneficio de los más pobres. La reforma agraria dio trabajo al 100% de los campesinos. Unos recibieron tierras, otros se integraron en cooperativas y muchos se convirtieron en obreros de granjas estatales.
Sin niños de la calle
En las ciudades se prohibió el desalojo, se decretó una reducción de los alquileres y finalmente se realizó una reforma urbana que convirtió en propietarios de sus casas al 85% de los cubanos, una realidad que se mantiene hasta hoy.
En el país ni siquiera existen "niños de la calle". Los huérfanos, hijos de enfermos mentales o de personas presas, viven en instituciones que les garantizan casa, comida, atención médica y educación, incluyendo estudios superiores.
Pero tampoco son una excepción porque el 100% de los niños y adolescentes van a la escuela, que es efectivamente obligatoria hasta noveno grado, y sigue sin costar ni un centavo hasta el nivel universitario, donde son gratuitos hasta los libros de texto.
En Cuba la ley obliga a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. Se considera un derecho del niño que en caso de ser violado puede implicar la pérdida de la custodia del menor y medidas judiciales contra las personas que lo tienen a su cargo.
Y ningún niño queda exento. 60.000 pequeños con limitaciones físicas o psíquicas asisten a escuelas especiales en las que reciben clases ordinarias, fisioterapia y atención psicológica, una combinación que les permite desarrollar al máximo sus habilidades y posibilidades.
Carro, casa y beca
En estas escuelas se unen dos de los mayores éxitos de la Revolución cubana: la educación y la salud pública. Esta última ha desarrollado un gigantesco sistema nacional que da cobertura a todos los ciudadanos sin excepción de ningún tipo.
El sistema tiene cuatro niveles: el médico de la familia, que vive a pocas cuadras de la casa; el policlínico del barrio; el hospital del la zona; y los institutos especializados. Todo es gratuito, con excepción de los medicamentos que están subvencionados.
Nada queda fuera de la salud pública cubana. Desde el más sencillo dolor de cabeza hasta el tratamiento de enfermedades asociadas al VIH/SIDA, pasando por trasplantes de órganos, atención odontológica e incluso cirugía estética.
El resultado puede verse al comparar las estadísticas de Naciones Unidas sobre esperanza de vida. Cuba ocupa el tercer lugar en todo el continente con una esperanza de vida de 76 años para los hombres y 80 para las mujeres.
En cuanto a la mortalidad infantil, la cifra de la ONU es de 5 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, un logro que sitúa a Cuba por encima del resto del continente, sólo comparable a Canadá.
Región
¿Después de la tormenta?
De la misma forma que nadie muere en Cuba por enfermedades curables, muy pocos mueren por el efecto de los ciclones que atraviesan el país cada año. La Defensa Civil, creada por la Revolución, es capaz de evacuar a millones de ciudadanos a lugares seguros.
Este año ha sido ilustrativo, cuando tres poderosos ciclones atravesaron la isla provocando daños en medio millón de viviendas, destruyendo la mayor parte de las cosechas y derribando cientos de torres del sistema eléctrico. Sin embargo, sólo se produjeron 7 muertes.
Antes de 1959, e incluso en los primeros años de Revolución, los muertos se contaban por cientos y por miles cada vez que un fenómeno atmosférico de este tipo penetraba en el país. Eso, sin contar las enormes pérdidas económicas que producía.
Ahora la Defensa Civil "toma el control" en los territorios por donde se prevé que pasará el huracán. Días antes evacúan a las personas, protegen a los animales y trasladan los alimentos, evitando muertes y salvando así todo lo que es posible salvar.
Y también son escasas las víctimas producto de la violencia social. Además, la inseguridad ciudadana que se vive en la isla es ínfima. Comparada incluso con los países más seguros de la región, Cuba es sin lugar a dudas uno de las sociedades más pacíficas del continente.
Es un hecho extraño que se produzca un asalto a mano armada, los robos con pistolas o armas blancas casi no existen. Los delitos más comunes son el arrebato de una cadena, un reloj o el bolso, que por lo general se realizan al descuido y sin amenazas.
Sin lugar a dudas, esta paz ciudadana tiene que ver con la presencia constante de la policía en las calles, pero muchos argumentan también que para evitar la violencia, contribuye de forma determinante el nivel de educación, el acceso a la salud y el control de la pobreza.
Pero la Revolución también tiene sus deudas


Las deudas de la Revolución

A pesar de las promesas iniciales de la Revolución, sus críticos y opositores aseguran que el proceso político que empezó hace 50 años tiene sus principales carencias en el terreno de los derechos civiles y políticos de la ciudadanía, en la falta de libertad de organización política, económica, de expresión o de prensa.
Y es que la gran mayoría de la sociedad civil se agrupa en organizaciones afines al gobierno, que están dirigidas por líderes del Partido Comunista, como los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres o la Central de Trabajadores de Cuba.
Si bien es cierto que en Cuba algunas agrupaciones religiosas y los masones gozan de estatus legal, la posición oficial puede ser tan radical que el club de las motos Harley Davisson no ha logrado que las autoridades lo reconozcan legalmente.
La oposición política es ilegal. Los grupos disidentes son tolerados, pero carecen de respaldo jurídico. Cualquier tipo de actividad pública suele ser reprimida y aquellos que insisten pueden terminar en la cárcel.
Incluso los comunistas críticos, que buscan cambios dentro del sistema, como Eliécer Ávila o Pedro Campos, carecen de un espacio de debate y desde el oficialismo se les acusa de promover la división y de darle armas al enemigo.
La prensa... oficialista
El escritor Lisandro Otero sugirió hace varios años en un artículo que en Cuba todo lo que no es obligatorio está prohibido. Puede sonar a exageración, pero la verdad es que para la población tampoco hay mucho espacio de debate.
Los medios de comunicación están manejados por el Partido Comunista, que marca la línea editorial de cada periódico, revista, emisora de radio y canal de televisión. Por lo tanto, las voces discordantes suelen no ser bienvenidas.
Juan Marrero, vicepresidente del la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), dijo a BBC Mundo que la principal tarea de un periodista cubano es defender la Revolución y reconoció que hay temas que no se tocan porque pueden beneficiar al enemigo.
La prensa nacional sólo entra en temas como la prostitución, la delincuencia, el racismo, los salarios o la corrupción, después de que Fidel o Raúl Castro han hablado de ellos públicamente, estableciendo lo que muchos llaman acá la "línea oficial".
Así, durante años las jineteras (prostitutas) no existieron para los periodistas, no se mencionó la corrupción hasta que el Comandante dijo que ésta ponía en peligro la Revolución, y se empezó a hablar de que existían drogas cuando Fidel Castro lo denunció en un discurso.
Así también, los periodistas nacionales defendieron siempre que los salarios mensuales de US$15 eran suficientes para vivir... hasta que el 26 de julio del 2007 Raúl Castro los desmintió.
Es la economía...
Y es que en el terreno económico la Revolución cubana tampoco cosechó demasiados éxitos. Medio siglo después el oficialismo reconoce que campea la corrupción, los salarios son insuficientes para vivir y las posibilidades de consumo del ciudadano son mínimas.
Además, el gobierno limita la libertad económica de los ciudadanos impidiendo el desarrollo del trabajo por cuenta propia, actividad que necesita de una licencia que las autoridades no entregan desde hace más de 10 años.
No se puede olvidar que EE.UU. estableció un embargo económico en 1962 que costó al país, según cifras oficiales, casi US$100.000 millones, y afectó todas las aéreas económicas, incluido el turismo, la producción de azúcar y tabaco e incluso la extracción de níquel.
Sin embargo, los críticos señalan que el gobierno cubano también cometió errores económicos, como arrasar todos los árboles frutales de La Habana en los años 60, paralizar el país para realizar una zafra azucarera en 1970 o basar la agricultura en granjas estatales, que resultaron bastante improductivas, como lo reconoce la misma Oficina Nacional de Estadísticas.
En los años 80, Cuba dejó de pagar a sus acreedores occidentales y terminó comprando casi el 100% de sus importaciones en países socialistas, donde gracias al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) podía tener créditos e intercambiar ventajosamente sus producciones.
José Martí advirtió en el siglo XIX que: "Hay que equilibrar el comercio, para asegurar la libertad. El pueblo que quiere morir, vende a un solo pueblo, y el que quiere salvarse, vende a más de uno. El influjo excesivo de un país en el comercio con otro, se convierte en influjo político".
El apóstol cubano fue un visionario. Cuba no solo copió el modelo económico y político de la Unión Soviética sino que cayó en la mayor crisis de toda su historia cuando desapareció el bloque soviético, una crisis que todavía se arrastra hasta nuestros días.
Pero la Revolución también ha tenido sus triunfos.
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